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Con orígenes en la vieja Roma, la calefacción hidrónica se expone en la novedosa industria del confort como una auténtica opción merced a sus varios provecho: reducción de costos, mejor calidad del aire, ruidos nulos, entre otros muchos. Su colocación en el mercado nacional es aún insuficiente debido al déficit que la mala instalación hace en el sistema.
Por Javier Salinas.
Salto térmico
Para la determinación del caudal en el momento en que usamos un líquido como medio para la transferencia de calor debemos saber la capacidad térmica a transportar y la diferencia entre la temperatura del agua al comienzo del desarrollo de trueque y la temperatura en el final del mismo, que vamos a llamar salto térmico. Ahora, se da una referencia a título orientativo, de los saltos térmicos mucho más frecuentes usados en las instalaciones en inmuebles:
Una unidad de régimen de aire tiene una batería de calefacción por agua ardiente de 80 kW a sabiendas de que va a recibir agua que viene de un circuito de calefacción a 45ºC, que se desea trabajar con un salto térmico de 5ºC, se solicita calcular la temperatura de salida del agua y el caudal de agua que va a deber circular por la unidad de régimen de aire:
La caldera
La caldera es la parte más esencial para comprender de qué forma marcha la calefacción central. Es un aparato que tiene un suministro continuo de gas natural que fluye desde una tubería en la calle. En el momento en que deseas calentar tu casa, incienso la caldera con un interruptor eléctrico. Se abre una válvula, el gas entra en una cámara de combustión sellada en la caldera por medio de varios rayos pequeños y un sistema de encendido eléctrico los prende. Los rayos de gas juegan en un intercambiador de calor conectado a una tubería que transporta agua fría. El intercambiador de calor toma la energía térmica de los rayos de gas y excita el agua.
Los rayos de gas en una caldera se encienden para calentar el agua. Si el gas natural al quemarse toma un color azul, es que tiene la cantidad correcta de oxígeno. Si toma un color amarillo, no hay oxígeno bastante y la caldera puede estar provocando monóxido de carbono. De ahí que siempre y en todo momento debe existir un descubridor de monóxido de carbono en algún rincón cerca de una caldera de gas.